A la hora de comprar una moto nueva no solo estás asegurándote de tener buenas rutas y grandes experiencias con tu vehículo, sino, también en comprometerte a tener que hacer los ajustes necesarios y chequeos que se requieran para poder gozar de tu máquina a todo dar. Siempre recomendamos inspeccionar tu moto por fuera antes de salir, para que puedas estar seguro que todas las piezas exteriores no estén dañadas.
Sin embargo, uno de los chequeos fundamentales que va a necesitar tu moto para un correcto funcionamiento es el mantenimiento preventivo. Aquí, el mecánico especialista que revisará tu vehículo determinará si ya es necesario realizar un cambio de filtros en general o solo cambiar el filtro de aceite, si deberás cambiar la pastilla de freno, amortiguadores o alguna que otra pieza.
Para evitar malas experiencias, aconsejamos llevar tu vehículo de dos ruedas a un taller especializado en la marca de tu moto para garantizar confianza con respecto al conocimiento de ella. Deberás llevarlo por primera vez cuando cumpla los 1,000 km de recorrido y luego cada 2,000 km o incluso antes para que se pueda observar los neumáticos, frenos delanteros, frenos traseros y que el kit de transmisión esté en orden.
Tal vez si eres primerizo, en algún momento puede que digas: “mi moto aún está en perfecto estado, no necesita revisión” o “aún aguanta unos kilómetros más de recorrido” o simplemente te podrás preguntar “¿qué pasa si no lo llevo al taller?” Bueno, te comentamos que en tal caso que tu moto no sea revisada por un especialista en el tiempo que se requiere, el motor de tu vehículo no lubricará de la manera esperada, y empezará a atrofiarse cuando esté en marcha provocando un desgaste antes de tiempo, acortándose así su vida útil, lo que ocasionaría que deje de funcionar.
En el mejor de los casos, el motor se puede salvar, pero otras piezas de tu vehículo no ocasionándote más gasto de lo normal ya que en esa situación no necesitarías un mantenimiento preventivo sino un mantenimiento correctivo. Cabe recalcar que no solo la falta de revisión provoca la demanda de este último servicio, por ejemplo, algún choque o accidente directo a alguna parte de tu vehículo es lo que con mayor probabilidad demandará una reparación en determinada zona de tu vehículo.
Si llegara a pasar esto con tu moto, necesitarás cambiar algunas piezas. Recomendamos siempre utilizar repuestos originales porque de esa forma alargas la vida de tu vehículo además de tener 100% la garantía que estás colocando una pieza de calidad, durabilidad y buen rendimiento al entrar a la pista. Y si en algún momento deseas vender a tu engreída, podrás pedir un precio acorde al mercado ya que estás ofreciendo también un buen rendimiento gracias a las piezas que utilizaste.
Existen muchos lugares donde podrás encontrar piezas de todo tipo de precio y con ello, de todo tipo de calidad. No creemos que quieras colocarle a tu moto un repuesto usado y que al poco tiempo tengas que cambiarlo nuevamente, ¿verdad? Bueno, esto no te pasará utilizando piezas 100% originales que le den ese refuerzo ideal que tu moto necesita para recorrer nuevos caminos.
Por ejemplo, para saber que una pieza de Bajaj, Pulsar, Discover o Boxer es auténtica basta que la caja donde viene empacada contenga una etiqueta rosada con un holograma que cambie de color al moverla. Puedes comprar cualquier repuesto para estos modelos a través de la web www.croslandrepuestos.com.pe en la comodidad de tu casa y recibirlo en la dirección que coloques gracias a la cobertura delivery a nivel nacional.
Otras piezas que es común cambiar en las motos son los neumáticos. Por lo general, el cambio de llantas se da a los 40,000 kilómetros de recorrido. Igual dependerá del uso que le des y el estado de las cocadas que mantenga.
Para un cuidado correcto de ambas ruedas deberás mantener la presión ideal y esta medida dependerá de qué tipo de moto tengas. Por ejemplo:
- Para motos grandes la presión ideal sería de: 2.25 bares para la llanta delantera y 2.5 bares para la llanta trasera.
- Para scooter la presión ideal podría ser de: 2.0 o 2.2 para la llanta delantera y 2.4 o 2.8 para la llanta trasera.
En temporadas de calor la presión de las llantas tiende a subir y esto puede ocasionar que se provoquen “chinchones” o rajaduras, mientras que en temperaturas frías la presión de tu llanta suele disminuir. Sin embargo, hay otras consecuencias que el cambio de presión genera, por ejemplo:
La baja presión de aire puede: desgastar rápidamente los lados laterales de tu neumático, mayor consumo de combustible, riesgo a pincharse, menos control del vehículo, rigidez en la dirección, poca capacidad de frenado, entre otras.
Mientras que la alta presión puede: hacerte perder la estabilidad en la pista, gastar de manera exagerada la parte central de la llanta, darte poco control a la hora de frenar, entre otras.
Así que siempre es bueno estar al tanto de los momentos en que le toca revisión a tu moto y sobre todo nunca dejar el hábito de revisarla antes de salir. Si buscas un lugar confiable donde puedas tener accesorios de calidad y garantía con su autenticidad puedes visitar nuestra web: www.croslandrepuestos.com.pe y comprar desde cualquier parte del Perú. Podrás contactarte con nosotros y nuestros especialistas estarán encantados de ayudarte. Encuéntranos en Facebook como Crosland Store.